miércoles, 5 de enero de 2011

MULTITUDINARIO FUNERAL AL SACERDOTE FRANCISCO GONZÁLEZ CORNEJO, PÁRROCO DE SAN BENITO Y PRELADO DE HONOR

El obispo diocesano ha oficiado esta tarde las exequias en una Catedral que llenó tanto su presbiterio como las naves en señal del cariño que cosechó en vida

"Ha sido un sacerdote bueno y santo", ha dicho monseñor José Mazuelos Pérez en su homilía del funeral con el que se ha despedido esta tarde, en la Santa Iglesia Catedral, al veterano sacerdote diocesano Francisco González Cornejo. El párroco de San Benito falleció ayer a los 82 años de edad confortado por los Santos Sacramentos y depositando su testamento espiritual en manos del obispo del mismo modo que hoy ha tenido lugar una Eucaristía en medio de un presbiterio desbordado de compañeros de ministerio que han concelebrado con el pastor.

El féretro con sus restos mortales fue trasladado al templo catedralicio -cuyas naves se llenaron de fieles para ofrecerle sus oraciones- cubierto por el estandarte de la Hermandad de la Clemencia, que bajo su pastoreo parroquial nació en la parroquia al frente de la cual ha estado casi 40 años. Ya durante la ceremonia, que contó con la presencia de la alcaldesa de Jerez Pilar Sánchez así como de otras representaciones diversas, le serían colocados igualmente tanto el Evangelio como su casulla morada.

Monseñor José Mazuelos, quien dio cuenta de los pésames que, desde una invitable distancia en el momento de esta despedida, ofrecían tanto el anterior obispo diocesano -monseñor Juan del Río no pudo abandonar Madrid para acompañarle- como el vicario parroquial de San Benito -a su compañero Eugenio Romero le sorprendió el óbito en San Sebastián-, hizo cariñosa memoria de los valores ministeriales y personales de aquél a quien todos conocían como don Francisco.

El obispo lo puso de ejemplo para los sacerdotes diocesanos presentes y futuros. Lo hizo señalando que "ha sido una invitación a ser sacerdote, sólo sacerdote y siempre sacerdote". "Cuanto bien puede hacer una persona desde su ministerio, confesando culpas, dispensando la Eucaristía, acompañando con su dirección espiritual", dijo Mazuelos insistiendo en el ejemplo que fue este hombre cuya sencillez quedó de manifiesto en sus últimas palabras dejadas por escrito y que, a su muerte, ha recibido el pastor diocesano.

"Quiero que quien presida mis exequias pida perdón públicamente por mis muchas faltas y pecados", subraya en este testamento espiritual con el que el prelado concluyó sus palabras en la homilía.Toda una profesión de fe contiene ese texto, cuajado de frases que evidencian las cualidades de un sacerdote que, pese a su sencillez, ha sido, además de párroco, prelado de honor de Su Santidad, secretario general-canciller, director espiritual del Seminario Diocesano, de los Equipos de Nuestra Señora o de la Hermandad de la Clemencia así como de muchos fieles a título individual.