lunes, 7 de febrero de 2011

CARTA DEL OBISPO CON MOTIVO DE LA LII CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS

Benedicto XVI, en la encíclica Caritas in Veritate, tras constatar que aún hoy siguen existiendo muchos Lázaros que mueren de hambre porque no se les consiente sentarse a la mesa del rico Epulón, afirma que: «Dar de comer a los hambrientos (cf. Mt 25,35.37.42) es un imperativo ético para la Iglesia universal, que responde a las enseñanzas de su Fundador, el Señor Jesús, sobre la solidaridad y el compartir. Además, en la era de la globalización, eliminar el hambre en el mundo se ha convertido también en una meta que se ha de lograr para salvaguardar la paz y la estabilidad del planeta. El hambre no depende tanto de la escasez material, cuanto de la insuficiencia de recursos sociales» (CV. 27).

Pues bien, es en esa obligación de la Iglesia, señalada por el Santo Padre, donde encuentra su razón de ser Manos Unida y la llamada que se nos hace para colaborar en su «LI Campaña contra el Hambre.»

Cada minuto, nueve niños mueren por razones estrechamente relacionadas con la desnutrición, el hambre y la pobreza. Es precisamente el mundo de los niños el empeño de Manos Unidas para este año, de ahí que haya elegido como lema de su campaña «Su Mañana es Hoy.» Se busca con ella mostrar la necesidad que hay de reducir la mortalidad infantil y poner todos los medios posibles para evitarla. Para poder llevar eso adelante es necesaria la unión de muchas manos que hagan posible mejorar la nutrición de las madres y de los hijos, financiar la construcción de hospitales, laboratorios, escuelas de enfermería, etc.

Ante este reto quiero invitar a todas las parroquias y comunidades cristianas de nuestra Diócesis de Asidonia-Jerez, a participar en esta campaña que celebra Manos Unidas. Os invito a uniros a ese gesto significativo del «Día del Ayuno Voluntario» que se celebrará el viernes 11 de febrero, y a ofrecer una generosa aportación económica tanto en las colectas de las Misas del próximo Domingo, 13 de febrero, como en las mesas petitorias de la calle.

También deseo enviar un mensaje de felicitación y estímulo a los numerosos asociados y colaboradores que, inspirados por su conciencia cristiana, están comprometidos con Manos Unidas.

Con mi cordial saludo y bendición,

+ José Mazuelos Pérez

Obispo de Asidonia-Jerez